MIEDO A SALIR DE CASA
Síndrome de la cabaña
Si estás leyendo esto, tal vez te encuentres en un estado emocional acorde a los tiempos actuales. La Era Post-Covid 19 nos ha dejado a las personas desprotegidas y nos ha restado confianza en los demás por el miedo a contagiarse. El hecho de separarse de los otros como medida de seguridad y utilizar mascarillas para comunicarnos, medidas absolutamente necesarias, tiene como consecuencia que percibamos a las personas como una amenaza.
Cuando nuestra mente lee amenaza se prepara para la lucha o la evitación de peligros. En el caso que nos ocupa los peligros potenciales son las personas.
Sabemos que la enfermedad de la Covid-19 se trasmite entre seres humanos. También sabemos que los seres humanos somos sociales por naturaleza. Con estas dos premisas, es fácil entender que muchas personas están pasando por un momento emocional difícil. A muchos seres humanos después de confinamientos, les cuesta volver a relacionarse con los demás y presentan dificultades para la vuelta a sus actividades cotidianas. Lo mismo ocurre con los niños y jóvenes, cuyo desarrollo como individuos depende en gran medida de la socialización.
El Síndrome de la Cabaña se da cuando tenemos miedo a volver a salir de nuestra casa para ir a la calle. Cabe decir que no se trata de un trastorno psicológico recogido por la OMS, Organización Mundial de la Salud, sino más bien de un problema emocional.
A pesar de no ser un trastorno, puede hacer sufrir a quien de forma recurrente evita salir de casa cuando es preciso. A muchas personas les impide utilizar el transporte público el metro o el autobús. Y algunos deportistas a no realizar actividades deportivas en la calle. Las emociones y sensaciones cuyo origen podría estar en el Síndrome de la Cabaña son parecidas a los síntomas de la ansiedad o de la depresión.
Aparece el nerviosismo, la apatía, la tristeza, sentimientos desagradables y pesimismo ante el futuro. Asimismo. dificultad para dormir, cansancio y estrés.
El estrés, además causa decremento en el rendimiento personal y puede afectar a todo el ámbito de las personas. La incertidumbre provocada por la pandemia es un buen disparador de la respuesta de estrés.
Las personas estamos desde marzo en un estado de incertidumbre y de sobreinformación acerca de la pandemia.
Esto afecta a todos los grupos de personas, mayores, pequeños, jóvenes,… en definitiva a toda nuestra sociedad. Se habla de la nueva normalidad, en mi opinión, se trata de que sepamos adaptarnos a la situación de la mejor forma posible.
Si los síntomas son duraderos, persistentes y se ve afectada nuestra vida diaria, es recomendable consultar a un profesional. Intervenir a tiempo es una buena idea. Se trata de que no se convierta en un trastorno psicológico de origen fóbico y que pueda ser, con el tiempo, más grave para la persona.
Ana Sánchez
Psicóloga en Valencia